viernes, 21 de octubre de 2011

/RE/SA/KA/

Matarse lenta y placenteramente 
sale caro.
Pero te permite,a veces,un arrepentimiento.
Restauración del cuerpo.
Ya no existe el vacío
después de una noche agitada y agónica,
(fuera de control o controlada de que no tenga limites)
o por lo menos
queda en coma por un tiempo
indefinido
hasta que otra puñalada lo haga revivir.

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